Sé que por ley de vida esto terminará, no sé si acabará porque mis sentimientos se calmen y ya no se disparen cada vez que te miro a una milésima de segundo antes de besarnos, o cuando me acaricias con esa ternura tan especial, que solo me gusta de ti. No sé si será porque te tenga que decir adiós y me dejes con un dolor profundo y el pecho vacío y desgarrado, o porque te quiera tanto que no aguante el tenerte tan lejos de mi .

No lo sé.

Y si esto pasa, serás esa historia que cuando me vaya a derrumbar o me quede sin ideas para escribir, me vuelva a inspirar. Tú me dijiste que las personas se van, pero los recuerdos y las experiencias quedan vigentes en nuestras mentes, y es cierto que será imposible no recordar esta historia, y es cierto que en un futuro contaré esto como parte de mi. Porque te estás volviendo parte de mí, de mi pensamiento, de mis sueños, de mi esperanza y de mis ganas de que todo vaya bien. No sé si la contaré con lágrimas, melancolía o rencor, aunque dudo recordar con rencor los sentimientos más sinceros que he tenido hasta el momento.

No sé si aguantaré no poder mirarte a los ojos mil veces más. Igual cuando se acabe miro a los ojos de alguien que me llene pero imaginando que son los tuyos, o que me acaricie con ternura y yo intente sentir que son tus manos, o me quiera proteger, aunque sepa que no lo necesito. Pero soy realista y sé que cómo voy a mirar a otros ojos como los tuyos, con esa mirada tan profunda, compartiendo sentimientos como compañeros de siempre, cómo voy a sentir tu ternura en otras caricias o en otros besos si siempre los recordaré como la primera vez que me hicieron sentir así, o cómo me voy a sentir igual en otros brazos, si no hay brazos donde me sienta tan protegida y tan llena. Es que, directamente, no quiero otros besos, otros brazos, otras caricias ni otra persona a la que mirar. Si voy a tener todo eso, quiero que venga de ti. Hoy solo pido eso. Sentir que me coges de la mano y no tienes intención de soltarme, que yo sea la única y te baste conmigo, que sigas mirándome más allá de las pupilas con cara seria y de repente esboces una sonrisa, tu preciosa sonrisa, para darme el beso más dulce que nunca me han dado, que remueva tantas cosas dentro de mi ser, que resquebraje todos mis esquemas y revuelva mis pensamientos revoloteando felicidad y tranquilidad.

No sé que pensaré mañana, porque no sé qué pasará, no puedo ser adivina y ahí se encuentra parte de la magia. Pero sí que puedo saber que esto es como un suicidio, estoy volando por un precipicio y te he dado las llaves para poder cortar el aire, no sé qué hago, pero no lo quiero parar, porque también eres el que sabe cómo mantener mi vuelo estable, hasta hacerme volar muy muy alto. Ahora entiendo la frase de jóvenes amando como jóvenes suicidas. Ahora entiendo tantas cosas que no me llegaba a imaginar… tengo miedo, de perderte, de perderme, de saber que somos demasiado jóvenes para que esto lleve la palabra siempre, de saber que tenemos dos vidas tan contrarias como el jing y el jang, pero estoy tan admirada por tus alas… que también tengo miedo de querer cortártelas algún día sin darme cuenta. Si eso pasa, no me dejes que lo haga.

Vete. Dime adiós y vete. Por mucho que duela, no quiero quitarte una de las cosas por las que te admiro. Y te desearé siempre tanta suerte… ojalá confiaras en ti tanto como yo lo hago, saldrías de cualquier hoyo, volarías sin límites, sin cadenas, por donde te viniera en gana. Si esto se acaba, y sé que no te puedo encontrar por la ciudad, iré a los sitios donde conocí tu yo más sincero y profundo, donde solo existíamos tú y yo, y no sabíamos ir de otra forma que de la mano. Y si algún día nos cruzamos, volveré a sentir tu olor y tu mirada, y recordaré todo lo que en su día me hizo feliz, todo eso que descubrí cuando ni me imaginaba que existía, todo esos sentimientos en los que no creía antes de que tú te acercaras a mi. Y si estás detrás de mí y te escucho, sintiendo la brisa de tu risa, no grites, que sabré que eres tú, pero puede que no me gire, para no provocar de nuevo otro huracán entre nuestros sueños al mirarnos.

Que sepas, que el mundo nos juntó, nos separará, y si cuando pase el tiempo nos hace la encerrona de cruzarnos de nuevo, recordaré lo mucho que te quería. Porque te quiero, y contigo es suficiente.