Ofreci mi mano hasta el hombro a humanos que conversaron mal de mis defectos, me encontraba con personas que nunca arriesgaron por mi estabilidad, y realmente regalaba tiempo que jamás tuve para mis sueños... ¿Me castigó por eso? Obviamente que no, siempre existen enseñanzas que antes o después aprendemos, los fallos se corrigen, incluso yo sigo teniendo la conciencia relajada de pensar que daba mi mejor mi mejor esfuerzo, Y posiblemente el gentío no aprecia mis virtudes tampoco es mi impedimento, cada individuo será consciente de que pierde en su vida. Segun caminas por las vivezas aprendes a tropiezos que cualquiera es inmerecido de ti, Que probablemente tanta amabilidad no concuerda, porque desgraciadamente no esperaba nada de alguien para no decepcionarme. Te recuerdo que la maldad ayuda como cualquier aprendizaje para percatarse de quien merece la pena, y por fin crecer...