Esta modalidad permite al usuario seleccionar contenido de audio o vídeo para consumir cuando lo deseen, siempre que estén conectados a internet.
Algunos software on-demand permiten también la descarga de estos contenidos para su visualización, pero esto constituye ya otro modelo de visionado y no se considera streaming.
A menudo, los contenidos on-demand han sido en primer lugar streamings en directo que, más adelante, quedan almacenados para ser consumidos de nuevo cuando el usuario lo desee .
Quizás uno de los contenidos más populares desde la llegada del coronavirus y la demanda de entretenimiento online es el streaming en directo. Esta modalidad es posible a través de diversas plataformas: la ya nombrada Twitch, redes sociales como Instagram o Facebook, Youtube…
Para hacer que este contenido llegue a los usuarios, es necesario contar con una buena conexión a internet (capaz de reunir y mandar todos los datos), equipo de grabación (una cámara, un micrófono) y una plataforma que se encargue de codificar estos contenidos y distribuirlos. Además, los ‘streamers’ deben estar preparados para reaccionar frente a los inconvenientes que puedan surgir en directo.
Esta modalidad favorece una imagen de marca más cercana y humana y facilita la interacción con los seguidores mediante el chat que incorporan muchas plataformas de streaming. Así, esta modalidad de vídeos en directo se utiliza en muchas ocasiones en redes como Instagram para facilitar la resolución de dudas y, de paso, mejorar el ‘engagement’.
