Apple es una de las empresas más sólidas en el mundo, y una enorme parte de esto fue gracias a su fundador, Steve Jobs (1955-2011). Aunque criticado por su dura forma de ser, Jobs ejerció como líder innovador, con un legado gigantesco.
Jobs dejó miles de consejos para emprendedores, pero hoy nos enfocaremos en un específico para tratar a los empleados más brillantes .
“No tiene sentido contratar a personas inteligentes y decirles qué hacer; contratamos a personas inteligentes para que nos digan qué hacer”, afirmó Jobs, de acuerdo con Victor Lipman, colaborador de Forbes.
El modelo de trabajo de Jobs era darle espacio a los más brillantes, que ellos dieran las ideas, pero siempre en base en lo que él necesitaba. Ya le correspondía al jerarca de Apple decidir qué seguir o no.
Hay otra entrevista que puede conseguirse en YouTube, en la que un joven Jobs explicaba qué buscaba en sus gerentes profesionales para Apple.
Jobs reconocía que la mayoría “eran tontos: sabían administrar, pero no sabían hacer nada”, en su típico lenguaje duro.
Desde entonces, buscó algo específico en cada empleado.
“Queríamos personas que fueran increíblemente buenas en lo que hacían, pero que no fueran necesariamente profesionales experimentados”, recalcó el creador de Apple. “Tenían en la punta de sus dedos y en su pasión la última comprensión de dónde estaba la tecnología y qué podían hacer con ella”.
¿Experiencia? No, lo importante era el conocimiento y la pasión por el trabajo.
Jobs delegó los deberes sobre cómo dirigir la empresa a otros ejecutivos, entre ellos Tim Cook, su segundo al mando y eventual sucesor. ¿En qué se enfocó el creador de Apple? En crear productos, reclutar talento, comercializar y ser el rostro de la compañía.
“Puedo dedicar mi tiempo a las cosas que miran hacia el futuro”, dijo en una entrevista en 2004. “Mis altos ejecutivos me quitan la mitad del resto del trabajo. Les encanta y me encanta”.