Hace mucho, mucho tiempo… Unos 20 años para ser exactos. En un paraje pequeño, el cual se encontraba en medio del campo .

En ese hogar no había problemas. Bueno, existían los problemas típicos y normales que suceden en todos los hogares o quizás no, pero no era nada que no se pudiera solucionar hablando. 

Era una familia compuesta por 5 personas. El padre, el cual se iba a la cuidad a trabajar. La madre, quién se encargaba de los quehaceres del hogar, de alimentar y cuidar no sólo a sus tres hijos, sino a los animales que tenían. Entre ellos había desde gallinas con pollitos hasta chanchos. Ella también se ocupaba de una huerta, a la que le dedicaba tiempo y amor para luego cocinar de la misma. 

De esa pareja nacieron tres hijos. El más grande tenía 18 años. Él era el más amable, el más amoroso, poseía un corazón gigante como el mismo cielo. El hijo del medio era un poco rebelde y de carácter fuerte, como hasta ahora. Y la más pequeña, la princesita de la casa. La niña tan deseada por esa familia. Ella tenía tan sólo 3 añitos y según cuentan no sólo amaba ir al jardín, sino que también su pasatiempo favorito era pasar todo el día con su hermano mayor, el cual la consentía y la llevaba a todos lados. 

En esa familia no faltaba nada. El amor y la felicidad sobraban. Pero como dicen, nada dura para siempre. 

De pronto, un día llegó la abuela paterna. Que decidió ir para pasear. Después de un tiempo, ella debía volverse a su provincia, pero no quería hacerlo sola. Por lo tanto, entre charlas y charlas, el hijo mayor logró convencer a sus padres de irse con ella y después volver sólo. Total, ya estaba en edad para poder viajar sin compañía.

Llego el día tan esperado, el día del viaje. Entre lágrimas y emociones se despidieron. Era el primer viaje que realizaría el hijo mayor sin sus padres. 

Todo iba de acuerdo al plan, hasta que unos días antes de su vuelta, llegó la famosa llamada inesperada. Aquella llamada, que nadie está preparado para recibir, la cuál marcaría un antes y un después en la historia de esa familia. Un trágico accidente terminó con la vida de aquel joven. Dándole así, un fin a los sueños y a las esperanzas tanto de él como a las de esa familia. Desde ese momento, aquel hogar en cuestión de minutos se fue desboronando y ya nada volvió a ser igual. Las preguntas tales cómo: ¿Por qué a él? Tenía tanto por vivir, un gran futuro por delante. ¿Por qué pasan estas cosas? ¿Por qué le pasan cosas malas a personas buenas? comenzaron a invadir a esa familia y un sinfín de preguntas más sin respuestas. Lo que sí estaba claro era que él ya no volvería más como se fue, sino que sería traído dentro de una caja de madera. Ese día fue el principio y el fin de muchas cosas. 

Su aroma permaneció por toda la casa durante un largo tiempo. Sus cosas estuvieron intactas sumergidas en un mar de polvo y tierra, sin ser tocadas ya que prevalecía la esperanza de que sea un mal sueño, una pesadilla donde se puede despertar y ver que nada de eso era real. 

Años después de aquel trágico día, esa pequeña niña, ya no tan pequeña. Se dirigía a la escuela como lo hacía diariamente, pero esta vez en el camino tuvo un accidente donde quedó inconsciente por unas horas. En esas horas tuvo una visión donde aparecía su hermano y le daba ese abrazo que ella tanto necesitaba mientras le decía que todo estaría bien, que no se ponga mal por él porque estaba en un mejor lugar y que pronto estarían juntos pero que todavía no era el momento. Finalizando esas palabras, ella recupero la consciencia y despertando vio a su familia al lado. Inmediatamente les contó lo que había vivido y ese hecho sirvió como un leve consuelo para aquel doloroso suceso. 

Aquella niña fue creciendo con la idea de las cosas que le fuese gustado vivir con su hermano, pero aceptó la realidad y está feliz por los recuerdos alegres que tiene de él. En sus momentos de soledad cuando le invaden los temores, las dudas. Cuando no puede más, no se siente sola, ya que su hermano desde dónde está le da fuerzas para seguir avanzando. Como dicen: "sólo muere aquello que se olvida" y él nunca será olvidado.

En conclusión, la vida suele ser misteriosa, pero parte del plan es saber adaptarse y enfocarse en cada etapa. Tiene sus vueltas, sus giros inesperados lo cual nos invita a reflexionar sobre ciertas preguntas como: ¿En verdad somos dueños de nuestras vidas? ¿Cómo la estamos viviendo? ¿Estamos haciendo que nuestro tiempo en la tierra valga la pena? Si nos toca partir hoy, ¿Seremos recordados por nuestros buenos actos? ¿Estamos dejando huellas en otras personas? En fin, nunca sabremos cuando será nuestra hora de partir ni la repercusión que eso tendrá en la vida de los demás.