La mayoría de los adolescentes le dan una altísima prioridad al físico, de manera que cualquier defecto se magnifica en exceso y son capaces de negarse a salir de casa. Además, si no consiguen verse como desean, son excesivamente autocríticos, se autocensuran y, en consecuencia, su autoestima desciende .
Esto se debe, en parte, a que todavía con esa edad no se ha desarrollado una identidad personal definida, de modo que la única referencia que tienen es la de sus iguales, que, a su vez, también le dan una gran importancia al aspecto exterior.