Me desperté al alba
agitando mis extremidades
convertidas en aparatos alados,
de un salto hacia el precipicio
que engullía cascadas de rocío
sortee las profundidades descendentes,
calmo nade en quietud sintiendo
las hebras de algodón
amontonadas en gradientes grisáceos ,
con mis alas emplumadas por huracanes
partí a la mitad la bóveda celeste,
derramando las derretidas estrellas
a punto de estallar en volubres hipernovas.