Mi terco corazón se empeña en recordarte, aferrándose a una vaga idea de ti y de lo que sería si los tantos besos repartidos, hubiesen llegado a su destino.
No!, no es fácil vivir de supuestos, no se gana nada esperando al destino, pero resulta mal fácil llenar de mil te quieros al viento, sin concretar con acciones los cumplidos.
¿Será acaso este amor, algo pendiente que le debemos al destino? Probablemnte sí, mi dulce amor fugitivo.