No importa cuanto lo intentase, no podía atajarla, de a ratos era independiente como también dependiente. Ya no soportaba tal trato, le era difícil no pensar en un final oscuro cuando su camino encontraba los mil y un obstáculos que la impedían levantarse .
A dos pasos que hacía uno caía, a mitad del trayecto se daba por vencida.
Frustración, angustia, desolación, quién sabe...simplemente ya no tenía la misma motivación con la que empezó o tal vez ya se habían consumido sus ganas de ser protagonista de la vida. Cerro sus párpados, pequeño telón para un escenario tan inmenso.