La distorsión de las formas y la deformación de las estéticas significan para el arte lo que la evolución ha significado para la prolongación de la vida: una serie de mecanismos por medio de los cuales son obligatorios los cambios y las modificaciones pasando desde las composiciones físicas hasta llegar a los condicionamientos conductuales, todo con el fin de garantizar la supervivencia de prototipos de carne y hueso, o por el otro lado de corrientes estéticas que buscan renovados campos de expresión para propagar sus ideas.
Con las técnicas correctas de edición que permiten la alteración de la esencia de obras de distintos campos del arte, se modifica la esencia que las caracteriza engendrando un nuevo producto corrupto y ajeno a su fuente de referencia. Comprimiendo las manifestaciones de color, forma, ritmo y composición para deconstruirlas en desfiguradas piezas cuyo único fin es desbaratar la seguridad del espectador y despertar una creciente incertidumbre en su percepción.
Procurando invadir el espacio de seguridad a base de modificaciones que resaltan las ausencias y los vacíos que han dejado los traumas y las desventuras, en vanos intentos por subsanar las heridas infligidas a la propia psique con lacerantes agujas que se incrustaran en la cascada fluvial de los pensamientos .