Corrías dentro de ti con los miedos acalorados, a base de respuestas inmediatas, hasta quemientezentre secretos. En tu pupila , la oscuridad deunailusion abandonada; y nosotros, que alejamos las dudas por decepciones de los pensamientos pasados .
En fin tu espera indeseable cuando la sombra a pesar del eco y la verdad, con los latidos alterados en una lágrima, te persigue justo tras la razón. Quizá ese hombre no significa un huracán en tranquilidad, simplemente era claridad. Por que el desequilibrio frecuentemente nos provoca distanciarnos entre una persona y la tierra, sus remolinos huidizos. Recuperan esta desorientación los invidentes del auto-aprendizaje, conversando sobre los kilómetros que recorre una alucinación correspondida. Tu no escuchabas a nosotros para ahuyentar los recuerdos malheridos por tus cargas de reproches. Me desilusiona ella entre coordenadas a desnivel, por el desdén de perder lo imperdonable, como un politeísta. El escritor que destripa la importancia entre el arte literario y la precariedad del sentido común. ¿Alguien comprendió el motivo de su impulso por vivir? A través de las miradas insatisfechas que asumían el dolor tras la pérdida inmerecida. No quiero derrotarle como un cobarde, me dijiste; y yo recopilando cada despedida en la memoria inolvidable. Quizá los intentos de asustarme de mi.