Estar en casa no fue una tarea fácil para Sofia, tuvimos que poner todas sus cosas en mi habitación para que no estuviera sola; pero el hecho de que se acercara la fecha para que yo entrará de nuevo a la universidad hacía difícil que ella comenzara a sentirse cómoda en un lugar. En sus sueños siempre gritaba, se levantaba llorando y le daban ataques de pánico cuando se daba cuenta que podría quedarse sola en algún lugar, incluso tuvimos que botar a la basura unos dulces que teníamos en la casa porque apenas los veía salía corriendo a vomitar.

Impusimos una demanda al crucero, pues es el colmo que tengan una persona que trafique con drogas, que se las de a los jóvenes, y tras de eso, que haya secuestrado y violado a una niña; pero la empresa se escudó en que ellos no tienen la culpa ellos solamente garantizan la seguridad a las personas que pagaron para hacer uso de ese servicio, si alguno de los clientes atento contra mi hermana es culpa de él .Insistimos en que nos permitieran ver los registros de los cruceros para ver si en otras ocasiones aparecían nombres repetidos de clientes, porque en esos se supone que estaría el sospechoso, sin embargo se negaron porque no teníamos una orden judicial para eso.

La justicia de nuestra ciudad tampoco hizo nada, pues al haber sido en aguas internacionales la ley de nuestro país no rige allí, pero ningún otro país se quiso hacer cargo del caso; no teníamos mas opciones, todas las puertas y ventanas estaban cerradas para nosotros, al parecer la atrocidad que se cometió no era culpa de nadie, pero si el sospechoso no existe, ¿ por qué la víctima sí? Incluso acudimos a los medios, pero al no tener detalles no podían ayudarnos, y Sofía se negó a hablar de este tema con nadie, se cerro en su mente en las noches, pero durante el día era una niña que negaba cualquier cosa que le hubiera podido pasar. Era como si esa tragedia hubiera sido tan solo parte de nuestra imaginación, como si intentáramos llamar la atención.

Pasó una semana y mi mamá lloraba todas las noches, papá siempre la consolaba, pero yo perdía la paciencia con Sofia, era mi hermana y la amaba, la vi con mis propios ojos cuando apareció toda magullada y desnuda, pero cada vez siento que ella tan solo hizo todo.

- Sofia, ¿podemos hablar un momento? - Dije
- Si Jane dime - Me miro con una cara de ternura que no era la de ella, llevaba mucho tiempo con esa mascara.
- Te diré de la forma más sincera posible y lo digo porque te amo, porque siempre he estado contigo y porque te conozco. ¡Háblame! Deja esa mascara que llevas, dime la verdad, ¿por qué actúas así? Mamá llora todos los días porque no ha podido encontrar alguien que nos ayude, y tu podrías facilitar esto un poco pero no quieres. ¿No escuchas lo que todo el mundo nos dice? ¿No te sientes mal de que piensen que eres una mentirosa y una farsante por lo que te paso? Te quiero apoyar, pero necesito que me digas porque actúas así.

Sofia comenzó a llorar, el primer sentimiento de verdad que le veía sin que estuviera dormida. Ni siquiera era capas de hablar, era como un ataque de pánico, pero esta vez creo que era porque estaba intentando abrir una herida para poderla cerrar, en vez de ignorar que existía. Salí corriendo a abrazarla, nos sentamos en la cama hasta que ella comenzó a hablar, casi susurrando.

- No sabes con lo que tengo que vivir dentro de mi. Cada vez que cierro los ojos lo veo, su rostro, sus manos sobre mi. Estar despierta es el único método para fingir que todo está bien y que todo fue un sueño. Me derrumbo al escuchar a mamá llorar, pero pensé que si me veían que estaba bien no les afectaría tanto, no creí que estuviera haciendo algo malo. - Agachó su mirada, pude ver que en verdad estaba mal y arrepentida.

- Mi angelito, pasaste por una tragedia y eso no se lo deseo ni a mi peor enemigo, pero tienes que enfrentar esto, estamos apoyándote pero no te podemos ayudar si tu no nos dejas entrar. Acepta nuestra ayuda, y si te sientes incomoda tan sólo dilo, pero no te quedes callada como si nada pasar si? - Vi como me sonrió y eso me hizo feliz, sabía que había entendido mi mensaje

No dijo nada más y se fue a acostar, mientras yo me quede leyendo un poco en mi escritorio, aunque le dije que me hiciera un espacio pues iría a dormir con ella en la cama. Pero mientras ella creía que yo estaba leyendo, en verdad estaba escribiendo nombres y apuntes en mi agenda, necesitaba resolver lo que le había pasado a mi hermana, no dejaría que esto quedara impune.