"Don´t be sorry baby"
POR Pino
6 Mar, 2018
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Es curioso como el ser humano dice sentir frío y realmente lo siente.

El cuerpo humano puede soportar fríos de hasta 37 grados bajo cero .
A los 32 grados, el individuo que está en esta situación sufre de una hipotermia severa, deja de temblar y tiene una sensación de placer o “agrado” a la temperatura que está sintiendo, es más, las personas que han pasado por esto sienten una especie de reanimación, pero en realidad es porque la sangre está siendo bombeada de manera muy rápida al cerebro, lo que causa alucinaciones y pérdida de conciencia.

Tal vez fue esto lo que “sintieron” la mayoría de mis ex enamorados cuando estuvieron conmigo.

Solo he tenido 4 enamorados en mis 19 años de vida, dos de los cuales me han durado menos de un mes, otro me duró un mes exacto y el ultimo –con quien rompimos hace tres meses– me duró dos meses de mi vida. Sí, él fue mi relación más larga.

No voy a echar la culpa a mis ex enamorados de nuestras rupturas, tal vez la culpa fue mía. Al fin y al cabo, por lo general, los hombres buscan “calor” en una mujer, no frio, no “corazón de hielo”.
Ellos buscan calor y algo llamado amor. “Nada más”.

Es curioso como el ser humano dice que siente amor, cuando no lo siente.

Pero estoy escribiendo esto, dudando en si seguir o no, mientras miro mi pared media amarilla media blanca –sepa Dios de qué color mismo es– y recordando los momentos exactos y las palabras exactas de un personaje que tuvo un lugar demasiado importante –si así se le puede llamar– en mi vida.

Por respeto a él, le vamos a llamar Fuckencio (así como el meme en Facebook). Fuckencio apareció en mi vida cuando tenía 13 años, justo estaba en el colegio y bueno, nunca en la vida había besado a un chico, ni mucho menos había tenido una relación. Los lunes, afuera de mi colegio, siempre, siempre se paraban chicos de otros colegios –o buitres, como les llamaba mi papá– y nos esperaban a que saliéramos de clases; como es típico siempre hay una chica que tiene más vida social que el presidente y yo tengo el gusto de ser amiga de ella. En uno de esos lunes, cuando los buitres, digo chicos venían nuestro colegio, yo justo estaba con mi amiga super social, ella me presentó a Fuckencio, un chico que me pasaba por una cabeza, blanquito y bonito, como dijo mi mamá: “Alhajito el guagua”.

Pero caras vemos, corazones no sabemos.

Nos comenzamos a conocer, obviamente me gustó demasiado y obviamente él se dio cuenta. Por supuesto que éramos dos mocosos culicagados, uno demasiado mojigato y otra demasiado ingenua. La cosa es que yo comencé a sentir más de lo que debí y él comenzó a aprovecharse de eso.

Cometí el error de ilusionarme hasta las patas de él, le tomé demasiado afecto y Fuckencio se burló y jugó con eso. El día en que reuní todas las agallas y decidí decirle todos mis sentimientos a él, es el día que más vergüenza pasé. Fue exactamente el miércoles, 19 de diciembre del 2012, en la noche. Recuerdo super bien ese día porque teníamos misa por Navidad y Año Nuevo, justo antes de salir de vacaciones. Fuckencio y sus amigos vinieron a mi colegio, por ellos, mis amigas y yo, nos salimos de misa para pasar con ellos. Ese era el momento para hablar con él y decirle todo. Esa fue una de mis peores decisiones de mi vida. Obviamente, él y yo nos apartamos del grupo. Cuando terminé todo Fuckencio me dijo: “¿Tú crees que alguien como yo andaría con alguien como tú? ¿Crees que yo voy a morir de amor por ti?” Sentí eso que le dicen corazón roto. Me di cuenta de que estaba llorando cuando las lágrimas mojaron mis manos. Lo único que le dije fue “lo siento” y él, tan sabio, me dijo: “No lo sientas, baby, la vida no es fácil” y se fue. Eso fue todo y yo me quedé ahí, como estúpida llorando una “perdida”.

Obviamente sufrí como nunca, me sentí la mujer más desdichada, pero al mismo tiempo me volví un tempano de hielo. Me volví fría y seca, aprendí que los sentimientos son lo de menos. Entonces generalicé todo. A chico que miraba, chico que enamoraba y dejaba. No me siento orgullosa de eso, pero tampoco me arrepiento. Las cosas pasan por algo.

Hubo un chico que me dijo que conmigo el sintió el calor del cielo y el frio del infierno. Así tal cual. Él dijo que nunca en su vida había conocido a una chica más fría que yo, que él nunca había sentido tanta soledad estando con alguien.

Hoy en día no soy tan fría y no enamoro a cada chico que vea. Hoy en día solo no doy todo de mí, desconfío hasta que me demuestren lo contrario y sigo mi vida.

Fría pero segura.
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