Estamos predestinados al odio,
como los hermanos Gallagher.
Somos el huracán Joyce amenazando Miami.
Miami es nuestro amor.
Amenazamos con marcharnos,
con arrasar con los buenos momentos
y escupirlos en reproches.
El orgullo es capaz de disfrazar
todo lo bueno que podemos sentir
en declaraciones de guerra, en gritos e insultos.
Y si rajas la piel y abres en canal a esos gritos e insultos,
encontrarás al fondo a la derecha, al amor.
Un amor que no sé si vale la pena pero que
deja grandes huellas sobre el corazón. Imborrables.
Como imborrable lo eres tú.
En las noches a solas, sin ti, mi piel te pide
y extraña tus abrazos, pero yo no consigo
olvidarme de tanto daño.Y no sé qué hacer.
Deberíamos dejarlo, pero tomé de tu cielo
demasiados gramos.
Esta mierda nos está matando.
Y aun así, te amo.