Dicen que el tiempo pone todo en su lugar, pero la vida da muchas vueltas y lo que hagamos en ese tiempo determinará lo que pase en un futuro. No vale de nada decir que el tiempo decidirá por nosotros si no hacemos nada para que las cosas sucedan.
Es muy fácil dejarle la responsabilidad al tiempo y sentirte libre por no tener que hacer nada al respecto, pero así solo alejarás aquello que de verdad quieres que pase.
Cuando alguien vuelve a tu vida no ha sido el tiempo el que ha hecho que llegue a ti de nuevo, sino que con pequeños actos os habéis ido acercando sin daros cuenta .

Una persona no vuelve a tu vida si tú no quieres que vuelva. Quizás haces cosas sin darte cuenta que acercan a esa persona, porque hay conexiones tan intensas que cualquier excusa será buena para juntarse de nuevo. Hay veces que aunque tu cabeza diga que no, tu corazón y tus ojos dicen que sí y lo que dice el alma no se puede ignorar ni silenciar.
Decimos que no por miedo a pasar por lo mismo, por miedo a que no funcione de nuevo, aunque en el fondo sabes que mueres por volver a vivirlo.
Puedes mostrarte feliz y hacer como si ya no te importara, pero cada vez que os miráis, cada vez que la ves tus ojos brillan de nuevo. Intentas parar esas cosquillas que sientes por dentro cada vez que la tienes delante y dices cosas para alejarte como si eso fuera a funcionar. Sabes de sobra que cuando estás a solas es su sonrisa lo primero que se viene a tu cabeza, y es ahí cuando el corazón late de nuevo, cuando te das cuenta de que nunca latirá igual con nadie más.