Cualquier persona puede decepcionarte. Cualquiera.En cualquier momento o circunstancia.Y el tenerlo en cuenta no es para restarle importancia,es para restarle un poquito de dolor;para que la superación llegue más pronto.
Y en cualquier caso, nunca hay que evitarque las cosas sucedan para que tampoco sucedanlas decepciones; hay que vivirlas, hay que aprender,hay que saber hacerlo mejor y ser mejor;y estas cosas solo son gracias a todas esas heridas.
Heridas que acaban cicatrizando,con una costra que acaba cayendo,y la piel, que acaba olvidando la marca,pero nunca la lección.
Es que,no podemos saltarnos los momentos incómodos,eso es imposible, incluso son necesarios.Son esas pequeñas pruebas en dondeexponemos nuestras reacciones,en las que con un poquito de introspeccióny autocrítica, llegamos a una mayor madurezen nuestras siguientes respuestas.Al final, esos instantes no tan cómodos puedenejercer de verdadero estímulo tendiendo un puentehacia una mejor versión de las cosas,y de nosotros mismos.Porque lo malo seríaquerer quedarnos en el mismo sitiodonde lo hacen o lo hacemos mal.
Así que deja de autocastigarte y de intentarno sentir lo que sientes o de ser como eres,solo acéptate en todas las fases,porque no, tú no eres el problema,quédate con quien quiera cruzar tu puente contigo,y que sea recíproco,y si no hay nadie, recuerda quete tienes tú mismo.