Me he perdido en la segunda curva
a la derecha, pero de tu izquierda.
He perdido la respiración por un momento,
adrede y sin permiso,
que no estoy para esa mierda
del formalismo.
Me has dicho que me quede
y yo no me he ido.
Me has susurrado, gritado
y gemido
bajo el dominio
de mis manos
y te has descubierto
como la nueva Lilith
entre las llamas de mi propio infierno.
Y qué putas son estas ganas de vivir,
y yo aquí accidentándome en la mentira
que me vendes con tu carita de ángel.
Pero vamos a chocar,
venga vamos a chocar.
A mitad de la carretera
aceleraré lo más que pueda
y te espero allí,
siendo carne para mis demonios.
Ya lo dije, no voy a pedirte permiso
para perderme contigo o en ti.
Ni voy a frenar.
No, no voy a frenar;
voy a poner la quinta marcha
y voy a hacer que desees
que cuando termine, no me vaya.