Si no eres capaz de sostenerme, no me mereces. No me mereces porque yo sí sería capaz de plegar mis brazos para abrazar tu cuerpo y mimarlo en cualquier momento .
Si no eres capaz de sostenerme, te tengo miedo. Te tengo miedo porque siento la inestabilidad de un terremoto quebrando los muebles de casa, y tú eres el terremoto que rompe con la escala Richter y quiebra mi pecho tembloroso. Y ahí es cuando noto que tú ya no eres casa, que me abres las puertas con indiferencia porque no te importa que me vaya.