Muchas veces no ofende la sinceridad, ofende el que se cree sincero porque emplea un valor muy cotizado, poco valorado y escaso de más con fines que no van muy acorde con la sinceridad.
No es lo mismo ser sincer@ que déspota. Ser sincer@ está bien, pero si le añades el saber decir las cosas dejando a un lado la altanería... puede ser maravilloso.