Despierto rodeado por cientos de hormigas,
prófugas de la prisión de mis pensamientos.
Todo se voltea inversamente,
y un reloj a la distancia
deja caer derretidos segundos.
Me derrumbo en el silencio de la madrugada
siendo disipado por el aliento del hada
que acompaña mis noctámbulos delirios.