Una infancia difícil puede hacerte la persona más fuerte y amable como la más fría y ausente. Y es que ambas opciones, las podemos ver bastante a menudo en nuestro alrededor .
A medida que pasa el tiempo, empiezas a rebuscar entre tus memorias y a preguntarte el por qué y cuándo empezaste a ser así. Interiormente eres consciente de que tal vez no escoges las mejores decisiones en la vida o no te comportas de la manera que la sociedad quiere que te comportes, incluso puedes llegar a preguntarte el por qué "no encajas" en el rebaño.
Cuando has tenido tantas dificultades en toda tu vida, llega un punto en el que sentirse incomprendido, frustrado, cansado o agotado mentalmente, forma parte de tu día a día. No es sencillo encontrar un punto intermedio entre tus pensamientos malos y los buenos. Simplemente pasan los días. Cuando hablo de "dificultades", quiero recalcar que no siempre son las cosas más catastróficas que puedas imaginar. Tienen la misma validez el haberse sentido solo, sin cariño, incomprendido o ignorado. Eso también hace daño en el crecimiento de las personas.
Curiosamente, hay personas que encuentran una solución por sí solas, centrándose en ayudar a la familia, ayudar a los más necesitados o centrándose en sus propios objetivos. Para mí esas personas son sin duda, personas con una fortaleza mental grandiosa.
Luego estamos los más complicados de esta historia. Los que le damos tantas vueltas a la cabeza que podríamos escribir el guión de 50 películas en un mismo día. ¿La solución? Mucha terápia y conocimiento de uno mismo. Para mí estas personas son las que más dificultades tienen a la hora de gestionar todas sus emociones, tanto que parece que no sepan ni quiénes son.
Ambos tipos de personas, con un sinfín de características, diferencias y problemas, son capaces de aprender a manejar la vida desde otra perspectiva. Han aprendido a sobrevivir en un escenario donde no tienen las herramientas necesarias para ser felices.
CONCLUSIÓN: La vida por muy difícil que sea, sigue. Habrá que empezar a hacer más las cosas que nos gustan que estar en una constante preocupación sobre lo que vendrá en un futuro. Tampoco considero bueno el vivir en el pasado. El presente siempre se puede controlar, habrá que buscar la forma.
||Escrito por mí, para mí.||
