Le damos más importancia a como decir las cosas que a lo que tenemos que decir. Muchas veces a causa de eso tardamos más en soltar, retenemos y dilatamos distintos procesos o situaciones que en el fondo sabemos que ni van ni nos llevan a ningún lado.
No te preocupes por si haces daño a la hora de tener que decir las cosas, preocúpate cuando mires a alguien a la cara y no sepas que decir... si duele no es malo, en ocasiones el dolor no es lo que su propio nombre indica.