Invidentes, personas mayores y migrantes. Son los colectivos sobre los que han puesto el foco estas tres ideas de negocio brillantes.
Navilents: códigos QR para la discapacidad visualLa idea es muy disruptiva .
“Nuestro sueño es hacer más accesible el mundo para personas con discapacidad visual y no solo en España, sino en todo el mundo”, declara Javier Pita, CEO de Navilents.
Y lo que han conseguido. Los códigos QR de Navilents pueden verse ya en el metro de Nueva York, en Manhattan, en Japón… y, como no, también en las principales ciudades españolas. Para ello, han tenido que adaptar su tecnología a 34 idiomas.
El código QR puede leerse a metros de distancia. El usuario solo tiene que activarlo cuando desea dirigirse a un punto determinado, tanto en exteriores como en entornos cerrados, entonces se activa la visión 360 y una voz advierte la distancia a la que se encuentra el punto deseado y le va guiando hasta llegar a él.
La tecnología incluye un innovador sistema de guiado en Realidad Aumentada (AR) mediante un sistema de flechas visuales y permite mostrar información inmediata en tiempo real de, por ejemplo, las salidas de los trenes siguientes y del estado del servicio, escaneando cualquier código desde larga distancia y con gran velocidad. De esta forma consiguen ayudar a millones de personas con discapacidad visual a ser más independientes.
Claudia GómezSenniors: cuidado de personas mayores y dependientes Senniors es una empresa que se enmarca dentro de área de la salud que ofrece cuidados de confianza a domicilio de personas mayores y dependientes. Parten de la base de que el trato cercano, los cuidados persona a persona, son la mejor y más eficiente vía de ayuda.
Sin embargo, el paso siguiente es apoyarse en la tecnología para mejorar la calidad de vida de esas personas. “Nuestro objetivo es prolongar la vida autónoma de estas personas, que puedan seguir viviendo en su propia casa el mayor tiempo posible pero, sobre todo, con la mejor calidad de vida y salud”, declara Claudia Gómez, CEO y cofundadora de de Senniors.
Para conseguirlo, combinan lo que creen que es lo mejor del mundo físico, los profesionales de los cuidados, con la tecnología, especialmente la inteligencia del dato. La Inteligencia Artificial les sirve para monitorear indicadores de salud de las personas mayores y dependientes.
Obtienen así datos de manera constante sobre como se encuentran esas personas en cada momento, no solo indicadores de salud, también de sus hábitos de vida. “Con esto lo que hacemos es crear modelos preventivos y, esperamos, que sean predictivos cuando tengamos suficientes datos, para adelantarnos a problemas graves de salud y evitar desplazamientos hospitalarios innecesarios”.
“Nosotros vemos la tecnología no como un fin en sí mismo, sino como una palanca para mejorar la calidad de vida de estas personas, reducir ingresos hospitalarios, las visitas a urgencias, paliar la soledad y para ayudar a las personas mayores y dependientes a vivir de la forma más parecida posible a lo que tenían antes de ser dependientes”. Como ya contábamos en otro artículo de emprendedores, Senniors, además de una empresa, se considera un ecosistema.
Koop SF 34: incubadora a la africana para migrantesHasta hace un tiempo, era normal advertir a los visitantes o turistas que llegaban a Bilbao que evitasen pasear por el barrio de San Francisco, considerado uno de los principales focos de delincuencia de la ciudad. Pues aquí es precisamente donde Georges Belinga decidió fundar Koop SF 34, un espacio a medio camino entre coworking e incubadora que apoya ideas de negocio de emprendedores migrantes.
“Sería como una especie de Google for startups, pero a la africana”, resume Belinga el espacio. “Le llamamos a la africana porque, a diferencia de un coworking o una incubadora normal, lo que nosotros perseguimos es crear espacios tecnificados donde cualquier persona migrante, que llegue con nada, con una simple idea, pueda empezar a desarrollarla aquí”.
“Lo que vemos en nuestro espacio es que llegan chavales, hijos de migrantes con edades de entre 16 y 21 años, con muchísimo potencial y muchas ganas de hacer cosas, pero que en su casa no tienen wifi. Entonces generamos comunidades y redes para que estos jóvenes pueden interactuar y trabajar juntos”.
Después de seis años en funcionamiento, Koop SF 34 se ha convertido en referente de un espacio inclusivo y multicultural en el que confluyen todo tipo de emprendimientos y desde el que se teje una comunidad diversa y muy enriquecedora para el barrio.