Abro los ojos y quisiera nunca haberlos abierto, quisiera seguir durmiendo y dejar de pensar, pero ni siquiera en los sueños puedo escapar de lo que sucede a mi alrededor. Intento recostarme un poco más en mi cama, como si hacer esto me fuera ayudar a tele transportarme a un universo paralelo, un lugar donde esta última semana jamás ocurrió, donde nunca salimos de casa, pero escucho el grito de Sofía y se que no podre fingir que esta no es mi vida .

Me levanto de un brinco y voy a su habitación, no esta muy lejos de la mía así que en pocos pasos ya estoy junto a ella abrazandola y consolandola:

- Shhh, ya pasó, calmate. Es solo una pesadilla, si?- le dije mientras intentaba limpiarle las lagrimas suavemente con mis manos
- Jane! Jane! Era él, estaba aquí, no me deja tranquila, no puedo huir de él.
- Ey, es solo otra pesadilla más, estas a salvo, estas conmigo.

Aunque comenzó a respirar más tranquila, sé que en el fondo de su mente ella piensa que no hay lugar en el mundo en que pueda sentirse a salvo; y la entiendo, porque yo tenía que salvarla, tenía que cuidarla y la deje sola. No importa lo que diga o haga, siempre sentiré que es mi culpa cuando la veo a los ojos.

- Oye, vamos a cocinar algo si? ¿qué quieres comer? lo que sea. Haremos tu desayuno favorito.
- ¿podemos comer tostadas francesas con malteada de mora? - me dice sofia y veo como sus pequeños ojos rojos por el llanto se iluminan con un brillo que hacía mucho no veía - Sabes que mamá nunca nos deja tomar malteadas al desayuno, pero si no le echamos tanto helado no nos hará daño.
- Haremos todo lo que tu quieras mi chiquita - le digo mientras revuelvo su cabello suavemente.

Mientras ella va a ponerse los zapatos, yo la tomo por la espalda y la levanto intentando hacerle cosquillas, ella comienza a reírse a carcajadas y yo junto a ella, comienzo a apretarla a mi cuerpo como intentado volver a componer en una sola todas sus partes rotas; entonces me da por gritarle:
- ¡ERES MÍA Y NUNCA TE DEJARE SOLA!

De pronto vi como el rostro de mi hermana se transformo, ya no era una típica niña de 10 años que le gusta jugar y reírse, ahora tenía la vista de alguien que ve un fantasma, su cara comenzó a caer en pedazos. El llanto se apodero de ella mientras corría lo más lejos de mi que fue posible.

-Sofía por favor abre, no fue mi intención. Yo... yo... Por favor ábreme, estas a salvo aquí, no llores más

No puedo dejar de maldecirme mentalmente. ¿Cómo pude ser tan estúpida?, un trauma de ese calibre no se olvida de la noche a la mañana, y justamente yo que era la única que intentaba distraerla y hacerla sentir que estaba segura a mi lado, le dije lo último que ese demonio le dijo a ella aquella noche. Es un juego que tenemos las dos desde que somos pequeñas, desde que yo tenia 8 y ella 1 siempre la levantaba por los aires y jugábamos a que yo era un monstruo que quería secuestrarla, nunca creí que podría pasarle algo así en la vida real.

Escuche como poco a poco le quitó el seguro al baño y vi como salía con sus ojos rojos de nuevo, hiperventiladose del miedo, corrí hacía ella y la abrace. ¿Qué clase de monstruo hace algo así a una niña? un ser que no sabe hacer mal a nadie.

- Sofí, nada de eso fue tu culpa.Te prometo que saldremos de esta, nadie volverá a lastimarte jamás. Esto no quedara impune, confía en mi.

Y si algo le había enseñado a mi hermana desde que era muy pequeña es que las promesas se cumplen.

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Estoy intentando algo nuevo en la plataforma, si les gustaría saber más de la historia por favor escríbanme en los comentario.