El sexo es un diseño hermoso de Dios, pero cuando dejamos el orden de Su diseño, siempre habrá dolor y destrucción.
Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual; 4 que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor, 5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; 6 y que nadie peque y defraude a su hermano en este asunto, porque el Señor es el vengador en todas estas cosas, como también antes os lo dijimos y advertimos solemnemente.
El sexo siempre ha sido un tema muy popular, y todavía lo es. Sin embargo, las opiniones sobre el sexo se han desviado tanto que las fuertes olas de la cultura han impedido a los creyentes en Cristo escuchar lo que Dios dice sobre el sexo .En última instancia, el pecado sexual y el sexo se han convertido en una elección entre una de las dos cosas, lo cultural o lo bíblico.
El sexo es un diseño hermoso de Dios, pero cuando dejamos el orden de Su diseño, siempre habrá dolor y destrucción. Esto es porque la vida cristiana es un movimiento el cual consiste en alejarse de las cosas que no promueven Su gloria y una mayor intimidad con Dios. Es por esto, que Pablo, menciona que la voluntad de Dios es que nos alejemos de la porneia, lo cual significa la inmoralidad sexual. Si no estamos casados, Pablo nos dice que debemos escuchar lo que dice Cristo sobre la porneia (1 Tesalonicenses 4:1) al poner unas barreras entre nosotros y la porneia. Incluso, no debemos cometer porneia, y así, cometer adulterio si estamos casados.
Pablo dice que esto es tan importante porque si eres un creyente de Cristo, debes vivir diferente, honrando a Dios y a los demás, sin satisfacer cada pasión sexual como un incrédulo (1 Tesalonicenses 4:5). Por consiguiente, un creyente dice, “me importa tu cuerpo, alma, tus sentimientos y primordialmente, tu vida espiritual. Por tanto, no me aprovecharé de ti y honraré quién eres en Cristo.” Pero un incrédulo dirá, “no me importan estas cosas. Te quiero para mis placeres y mis deseos.” Es por esto que Pablo dice que nadie debe pecar y defraudar a su hermano en este asunto (versículo 6), porque al pecar uno pasa los límites que nunca debe pasar, y al defraudar, lastima a las personas que nunca debía lastimar.
Los arrepentimientos y los lamentos más predominantes en la vida de muchos vienen de salir de este diseño que Dios ha creado. Es por esto que el sexo y las actividades sexuales siempre se deben usar dentro de los confines del matrimonio, porque en un matrimonio el Espíritu de Dios está muy involucrado y el sexo puede usarse para respetar el alma de la otra persona y así honrar a Dios.
Si eres alguien que está cometiendo porneia, debes mirar cómo Pablo conecta el sexo con nuestro conocimiento de Dios. En Romanos, cuando Pablo explica que las personas se desviaron de su conocimiento de Dios, se involucraron en todo tipo de pecado sexual (Romanos 1:18-32). Rechazaron a Dios y eligieron el pecado.
En fin, lo que está diciendo Pablo es que si no cambias, estarás rechazando a Cristo, y eligiendo la porneia. No puedes tener tanto a Cristo como a la porneia reinando al mismo tiempo en el trono de tu corazón. Esa convicción tan fuerte que sientes cada vez que caes en porneia viene del Espíritu Santo quien te recuerda fuertemente que Él pertenece al centro de tu corazón. Por esta razón, si perteneces a Dios, tienes que elegir a Cristo de la misma forma que Él eligió sufrir y morir por ti en la cruz, incluyendo por tu pecado de porneia. Así como a Cristo le costó Su vida para morir por tu porneia, a ti te costará algo para dejar la porneia al elegir a Cristo. Te va a costar tu orgullo al acudir a la ayuda de los líderes de tu iglesia. Te va a costar tiempo y pensamiento para empezar un matrimonio. Incluso, te costará dolor emocional al dejar una relación que tienes fuera del matrimonio. Te va a costar algo para elegir a Cristo. ¿Qué eliges hoy? ¿A quién eliges hoy?