Me senté junto a la piedra de un oscuro pantano
para escuchar miles de gotas que de arriba van cayendo
Llegué huyendo de un tornado causante de heridas
y nada logré hacer; Soy más débil y frágil que ayer
Nunca esperé ser normal, encontré en un punto la demencia
La complacencia, la inocencia que me llevaron a tener sueños
Más hoy arrojo mis sueños y los echo todos al abismo
enfrascando mis sentimientos para que sean contemplados luego.
Las ramas de los árboles aquí no tienen hojas
y yo con mi negra silueta que sigue mirando a la nada
calmo mi dolor al creer que alguien pueda comprenderme
sin entender que la cruz que cargo siempre la he llevado en mi pecho
Soy dolor, soy llanto, soy ceguera y misterio
si alguien pasa por aquí jamás podrá verme
Aquí junto a la niebla que todo logra esconder
también escondo mis lágrimas congeladas por el frío
en este otoño que ya empieza a hacerse invierno
llega la muerte mía y quedaré sepultada bajo un olvido
que jamás existió, que jamás existió.