El cine ibérico es uno de los favoritos de la audiencia de Netflix. Con novelas épicas como Las chicas del cable y series taquilleras del estilo de La casa de papel, España es el país de origen de muchas de las historias elegidas actualmente por los espectadores de la plataforma de streaming .
En diez capítulos de once minutos cada cual, la serie cuenta con la dirección, entre otros, de la propia protagonista Nadia de Santiago, conocida por su papel de Marga en Las chicas del cable. Ella, junto con Álvaro Cervantes, son los personajes principales de esta trama amorosa, en la que se cuenta la historia de una ruptura, que como tal está llena de encuentros, desencuentros, idas y venidas, con las que más de un tele espectador se puede sentir identificado.
Al margen de la historia, que puede pecar de convencional, el atractivo formato resulta un señuelo difícil de soltar. Con un mix de recuerdos, en una batalla entre lo que ocurre en en el presente y el pasado, la serie de Pablo Santidrián, Pablo Fernández e Inés Pintor cuenta, en esencia, el fin de la relación amorosa entre Lina y Nico.
Mientras el personaje de Santiago busca salir adelante tras su primera gran frustración romántica, Lina quiere reconstruirse tanto en lo laboral como en lo amoroso, aunque no siempre con éxito. El objetivo es que cada paso hacia adelante signifique haber dejado atrás a aquella persona que en algún momento la acompañó, pero que por momentos se vuelve un lastre para poder mirar hacia un futuro de crecimiento personal.
La miniserie, que tiene una duración total de 110 minutos (no muy distinta a la de muchas películas), ha sido merecedora de tres nominaciones en los premios Feroz, incluyendo mejor serie, y una nominación en los Premios Forqué por la actuación de Nadia de Santiago.
Según reveló la directora y actriz en diálogo con el medio local 20 minutos, la idea de realizar la historia de este modo fue una propuesta de la propia productora norteamericana de cine.
“Yo estaba terminando Las chicas del cable y había producido cortos con Inés Pintor y Pablo Santidrián, cuando Netflix se puso a buscar gente que manejara este formato para lanzar una serie de capítulos de 11 minutos. Me lo propusieron y empezamos a darle vueltas; queríamos hablar de relaciones y de abandono. Les presentamos dos ideas y se quedaron con El tiempo que te doy”, dijo, tras lo cual admitió que el objetivo de los creadores era “plasmar las fases del duelo: la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación”.