Por Alberto Cano.- No es ningún misterio que Netflix usa los datos de su algoritmo para producir contenido. El identificar los patrones de comportamiento de sus usuarios es clave para determinar con rapidez qué películas o series funcionan, que elementos de sus producciones no convencen y qué puede demandar cada territorio en un momento específico .
Y así es como nace Feria: La luz más oscura, serie española que apuesta por repetir el éxito de dichos títulos bajo una propuesta sobrenatural en nuestras fronteras, trayéndonos una historia de misterio, criaturas temibles, mundos paralelos y sectas en un contexto muy específico como es la España rural de los años 90. Sin embargo, aunque su fórmula ya la hayamos visto en otras series de la plataforma y pueda sonar a una copia descarada en muchos aspectos, lo cierto es que Feria consigue salir airosa de este dilema hasta el punto de ni siquiera llevarte a pensar en sus referentes en ningún momento.
Creada por showrunners estrella de Netflix España como Carlos Montero, responsable de Elite y El desorden que dejas, la serie nos traslada a un pueblo llamado Feria que esconde un oscuro secreto tras su historia y habitantes. Allí conocemos a Sofía (Carla Campra) y Eva (Ana Tomeno), adolescentes cuya vida de un vuelco al descubrir que sus padres han desaparecido y podrían estar detrás de la muerte de varias personas en una mina de la localidad, desencadenando una trama repleta de elementos fantásticos y terroríficos con la que es fácil caer en la adición y verse sus ocho episodios de golpe.
Aunque en España los recursos a nuestro alcance estén lejos de los medios y presupuestos de industrias como la de Estados Unidos, impresiona el nivel de producción que consigue alcanzar Feriaen la construcción de su mundo fantástico y criaturas. Evidentemente, no hablamos de seres tan detallados como los que presentaba Stranger Things ni de un lugar paralelo tan repleto de efectos digitales como el Upside Down, pero, siendo consciente de sus limitaciones, esta ficción española maneja muy bien sus recursos y logra una espectacularidad similar recurriendo a la grandilocuencia en los momentos justos y tratando de darle énfasis mediante la narración.
Tal vez por esta razón consiga huir se sus referentes y construir algo propio que solo en situaciones muy concretas te remite a Stranger Things o incluso la alemana Dark. Al final, lo que aprecias es un relato muy cuidado, tratado con cariño en el que hay una intención muy notoria de querer hacer las cosas bien. En ningún momento notas que se esté tratando de copiar nada para emular su éxito. No obstante, creo que el punto de diferencia lo marca realmente en la ambientación tan profundamente española que tiene el título.
El ambiente de pueblo de los 90, la manera de comportarse de los personajes, la importancia de la religión, la forma en las que los prejuicios, chismorreos entre vecinos y la atmósfera cerrada del lugar teje la vida rural fuera de las grande urbes,… Todo luce muy local. Y aunque de por medio incluya elementos tan fuera de lo común como criaturas y sectas, que buena parte de su esfuerzo lo centre en desarrollar este escenario, en anclarlo en nuestro propio ambiente y en buscar el mejor punto donde integrar lo fantástico, hace que la serie destaque y se posicione muy por encima de otros productos que han tratado de seguir una senda similar.
Se me ocurre el caso de Paraíso de Movistar+, serie que percibí como una mera copia de Stranger Things donde todo chirriaba al situarlo dentro de nuestras fronteras. El imaginario visual se apoyaba demasiado en esa nostalgia que tan bien funcionó en la serie de Netflix, pero una nostalgia anclada en un imaginario estadounidense que aquí no encontraba cabida. Su trama era entretenida, pero en todo momento notabas que veías algo artificial con lo que era difícil conectar. Por el contrario, en Feria se han hecho las cosas muy diferentes. Aquí no se recurre al punto nostálgico, sino más bien al contrario, recalca el lado oscuro de la década de los 90 para dar juego a su historia de terror y fantasía. Y funciona a las mil maravillas.