Encontrémonos de nuevo algún día

"Volvamos a encontrarnos algún día, cuando estemos más felices, más tranquilos, como el sonido de las olas en el océano".

Cerré de nuevo el papel, el color empezaba a ponerse amarillo. Es posible que el papel se haya vuelto amarillo por haber estado almacenado demasiado tiempo o porque apenas lo he tocado en años.

Inconscientemente, mis lágrimas fluyen libremente .

Cae por mis mejillas hasta mi barbilla. Esta es la razón por la que rara vez abro la carta, porque seguramente el sentimiento reaparecerá y me hará llorar sin cesar. Rápidamente me limpié las lágrimas y me preparé para comenzar mi nueva rutina.

Sin embargo, ¿sabes lo sorprendida que estaba cuando volví a mirar esa mirada familiar? Mis piernas se congelaron y mi pecho golpeó con una sensación de dolor. De repente estabas frente a mí y luego te acercaste a mí.

“Oh, ¿estás aquí?” dices. Mi lengua se siente entumecida. Mi mirada no se movió. También me invitaste a charlar un momento en el café de al lado.

-Entonces, ¿cómo estás?-preguntaste con una sonrisa que siempre echo de menos.

"Bien", respondí secamente.

En ese momento tenía sentimientos muy encontrados. Los sentimientos de anhelo, tristeza, enfermedad y felicidad se vuelven uno. Aparentemente mantuviste tu promesa que decía que nos encontraríamos de nuevo.

Intenté sonreír, pero la sonrisa se me deshace por el anillo que anda perfectamente a la deriva en tu dedo anular.

Aparentemente, el sonido de las olas nunca es tranquilo.Entonces, ¿por qué sugirió reunirse con calma como el sonido de las olas? ¿Desde cuando el sonido de las olas sonaba tranquilo a tus oídos?

Pareció volver a sus sentidos, luego rápidamente sacó algo de su bolso negro. ¿Es esa otra carta?

Tú también me lo diste.

Resulta que me diste otra carta, pero esta es tu carta de invitación de boda.

Parece que realmente te gusta enviar cartas, ¿eh?

Sonreí con amargura, tratando de contener las lágrimas que estaban a punto de caer libremente. "Felicidades, estoy feliz por tu matrimonio".

"Gracias, vendrás más tarde, ¿verdad?"

"Iré". Sonreíste con aire de suficiencia después de escuchar mi breve respuesta. Aunque también estoy sonriendo, mi sonrisa es un intento de ocultar mi tristeza.

Entonces decidimos salir del café. Vamos en diferentes direcciones. Tú vas por ese camino y yo voy en la dirección opuesta a la tuya. Sin saberlo, las lágrimas que había estado conteniendo durante mucho tiempo finalmente fluyeron libremente. Espero que mis lágrimas también laven mis sentimientos por ti.

Así fue nuestro segundo encuentro. Y, gracias por la carta.

Fuente: https://www.hipwee.com/narasi/mari-bertemu-lagi-an-hari-nati/

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