En octubre de 1984 en medio de la grabación del capítulo 7 de la serie producida por la 20 the Century Fox, Cover Up, la que prometía catapultarlo a la fama, se puso la Mágnum 44 que usaba para su personaje en la sien y disparó. Sabía que el arma estaba cargada con balas de fogueo y, por ende, creía que era inofensiva .
Herxum cayó al suelo de espaldas, con la cabeza bañada en sangre, ante el estupor de todos sus compañeros de set. Había querido hacer una broma. Pero, dada la poca distancia entre el arma y su cabeza, el disparo le terminó perforando el cráneo y un pedazo de hueso del tamaño de una moneda se introdujo en su cerebro hasta producirle una hemorragia.
La ambulancia acudió rápidamente al lugar para trasladarlo al hospital Medical Center de Beverly Hills. Pero allí nada pudieron hacer por él. Llegó el 12 de octubre, con un diagnóstico de muerte cerebral. Y, después de seis días en los que estuvo en coma, Herxum fue desconectado de los aparatos que lo mantenían atado a la vida.
Grabó seis capítulos sin problema. En el séptimo, algunos inconvenientes técnicos obligaron a los actores a tomarse un descanso. Y, más de aburrido que de molesto, Hexum empezó a bromear con su arma. Dicen que hizo girar el cilindro, como quien juega a la Ruleta Rusa, y que luego se la puso en la sien para asustar a sus compañeros. Pero lo que hizo fue provocar un desenlace fatal.
Ansioso por llegar a la cima, Herxum dejó de lado hasta sus propios deseos personales. Sólo quería triunfar. Pero, apenas lo logró, se terminó todo. O casi todo. Porque, años antes de su muerte, Jon-Erik le había pedido a su amigo y ex compañero de cuarto, el fotógrafo Nick Alan, que le saliera de testigo para convertirse en donante de órganos.
Así, tal como constaba en su Licencia de Conducir, su familia cumplió su voluntad. Y, cuando ya nada se pudo hacer por él, Herxum salvó la vida de un hombre que necesitaba un corazón y de un niño que esperaba un riñón, además de mejorar la existencia de una criatura quemada que requería un injerto de piel y de un adulto y una niña que necesitaban de un trasplante en sus ojos.
Desde entonces, Jon-Erik quedó en el recuerdo de todos como el hombre guapo de Hollywood que vivió rápido y murió de una manera terriblemente absurda.