María Claudia Garrido es psicóloga ocupacional y su “nueva normalidad” consiste en llevar capacitaciones virtuales a los empleados de las empresas sobre un asunto elemental para nuestro cuerpo y mente, pero muy difícil de conseguir en estos días: dormir bien.
Dormir no es solo una necesidad fisiológica sino lo único que nos permite procesos completos de recuperación física y psíquica”, explica María Claudia, quien agrega que para lograrlo se debe dormir mínimo entre 6 y 8 horas diarias .
PARA PONER EN PRÁCTICA
– Ir a dormir solo y únicamente cuando se tenga sueño, adaptando el tiempo de permanencia en la cama a las necesidades reales de sueño.
– Establecer un horario regular para la hora de levantarse y de ser posible también para la hora de acostarse.
– Evitar tomar siesta. Esto incrementa la probabilidad de desarrollar un desorden en tus horarios de dormir.– Realizar ejercicio físico regular y moderado a lo largo del día, preferiblemente en la mañana.
– Toma una ducha con agua tibia.
– Escuchar música suave.
– Aromatizar la habitación con esencias relajantes
– Antes de acostarse practicar técnicas o ejercicios de relajación.
EN LA HABITACIÓN
– Evita la exposición a las pantallas de aparatos tecnológicos (televisores, portátiles, tabletas, celulares, etc.) entre una y dos horas antes de dormir.
– Usa cortinas oscuras para bloquear la luz o una máscara protectora para ojos.
– Crea unas condiciones ambientales adecuadas para conciliar el sueño (luz, nivel mínimo de ruido, ropa cómoda, etc.).
– Mantén la temperatura de la habitación entre 18-21 °C.
FASES DEL SUEÑO
“Distintas ondas cerebrales y actividad del músculo y de los ojos se asocian con las diferentes fases del sueño. El sueño normal consta de dos fases: sueño de no movimiento rápido de los ojos (NREM), equivalente al descanso físico – se da en 1, 3, 5 y 7 hora- y sueño de movimiento rápido de los ojos (REM) que proporciona el descanso mental -se da en la 2, 4, 6 y 8 hora-”, explica María Claudia Garrido.