Luis Miguel Dominguín le había sido infiel a Lucía Bosé de todas las formas posibles: con diosas ( Ava Gardner, Liz Taylor, Brigitte Bardot), amigas y conocidas. «Qué culpa tengo yo si abro un armario y me sale una mujer, no tengo más remedio que conquistarla». Cuando iba a torear, se las encontraba en los hoteles, en los armarios, debajo de la cama. «Frente a estas cosas, una no puede luchar». De 1955 a 1967, con Miguel, Lucía y Paula ya creciditos, Lucía Bosé aguantó humillaciones y comentarios como la brava italiana que era.
¿Por qué tiró la toalla en 1968 y pidió la separación? Fácil: encontró al torero besándose en un coche con Mariví Dominguín, su prima. Tanto la odiaba, que le prendió fuego a su casa de pura rabia. Ese odio se lo traspasó, prácticamente intacto, a su hijo Miguel Bosé. En su libro de memorias ««El hijo del Capitán Trueno» (Espasa) admite que Mariví Domínguín es la mujer que más odia. La llama «bruja»y afirma que fue en gran parte responsable de la destrucción de su familia.
Mariví, en realidad Ana María del Milagro Gutiérrez González, nació en Palma de Mallorca en 1943, se educó en un colegio de monjas de aquella capital y en el Liceo Francés de Madrid y hablaba a la perfección cinco idiomas. Luis Miguel Dominguín, su primo carnal, y ella se llevaban 20 años, pero eso no impidió el romance. Tampoco que viviera largas temporadas en casa de los Bosé y Lucía la tratara como a una hija. «Brujita, como descubran lo nuestro, nos matan», le advertía el torero. En 1967, Lucía Bosé los pilló juntos y revueltos en Villa Paz, una de sus fincas, y le prendió fuego a la casa. Dicen que llegó armada con un rifle y dispuesta a pegarle dos tiros al matador, así que el incendio se consideró un mal menor.
En sus memorias Miguel Bosé define a Mariví Dominguín como «demonio, mala gente, envidiosa, falsa, lagarta, bruja». Y afirma los padres de Mariví adiestraron a la niña desde los 14 años para meterla en la cama del torero por odio a Lucía Bosé, «la italiana». La periodista Pilar Eyre ha recordado cómo hablaba Mariví Dominguín de su relación con el torero: «Fue un amor de novela prohibida. Luis Miguel me llamaba su poupée (muñeca, en francés). Me llevaba a las cacerías de Franco, donde éramos la única pareja ilegítima a la que admitían. El Caudillo se acercaba y siempre nos preguntaba: ¿Ya han ido ustedes a misa?». Lucía Bosé no era tan generosa: «La más puta de las putas y encima prima carnal de tu padre», solía decir la bella milanesa a su hijo, despechada por la humillación a la que la sometía el matador.
La situación ya era mala, pero se volvió aún peor con la publicación en la revista Garbo de unas fotos en las que se veía a una jovencísima Mariví en bikini y sentada encima de su tío Luis Miguel, besándolo. Fue tan grave, que les denunciaron por escándalo público y retiraron la revista de la circulación. «Me tiraban piedras por la calle, me insultaban... En la peluquería no quisieron atenderme», se quejó amargamente la joven Mariví, acosada por la mala prensa. La relación no era, sin embargo, convencional. De hecho, parece que la joven mantenía un romance paralelo con un importante financiero, o eso creyó Luis Miguel Dominguín. Cuando, en 1973, Mariví le contó que estaba embarazada, el torero contestó que no quería saber nada del niño. Más aún: la echó de la casa que compartían.
Se especuló muchísimo sobre la paternidad de Leo, el único hijo que tuvo Mariví Dominguín. Ella siempre sostuvo que era hijo de Luis Miguel y, por tanto, hermanastro de Miguel Bosé. La famosa prima del torero, tras quedarse en la calle, se convirtió en socialite, periodista y relaciones públicas, justo en el momento en el que la jet set española triunfaba desde las portadas de la prensa del corazón. Tuvo romances con personajes famosos, algunos tan mujeriegos como Dominguín, como el compositor Augusto Algueró ex de Carmen Sevilla. Se casó con el famoso doctor Adolfo Abril, ginecólogo de las famosas y otro latin lover reputado, en 1978, pero el matrimonio solo duró dos años: se encontró a su médico en la cama con Tita Thyssen. Mariví Dominguín murió de cáncer en 1994, tras una vida de apasionada y apasionante en la alta sociedad. Escribió unas memorias: Paseo por el amor y la vida.