El grado en el que una relación de pareja es fuerte y ofrece bienestar a quienes la forman es un aspecto de la vida que se ve influido, aunque sea en parte, por el contexto en el que viven las personas.
Para bien y para mal, el entorno social y las dinámicas culturales a las que nos exponemos al iniciar un noviazgo o al contraer matrimonio son elementos que condicionarán el modo en el que se desarrolle esa relación amorosa. Ahora bien, que como individuos apenas podamos cambiar ese contexto social no significa que nuestra manera de interactuar con él no tenga un efecto en ese vínculo que establecemos con nuestra pareja.
Con el desarrollo de las nuevas tecnologías pasa lo mismo; independientemente de lo que hagamos con nuestras vidas, a nuestro alrededor van surgiendo nuevos dispositivos electrónicos y plataformas digitales, pero siempre disponemos de margen de maniobra para decidir cómo relacionarnos con estos elementos y cómo dejar que afecten a nuestro noviazgo o matrimonio.
Pero desafortunadamente, muchas personas apenas se detienen a pensar en hasta qué punto su uso constante de relaciones sociales daña a sus relaciones más importantes hasta el punto de contribuir a desestabilizar una relación de pareja .
En primer lugar, veamos cuáles son las principales claves que hacen que una relación de pareja sea estable.
El respeto es una de las características fundamentales en cualquier relación humana satisfactoria y especialmente en las relaciones de pareja duraderas.
Respetar a la otra persona en todo momento, así como tener en cuenta sus ideas y preferencias a la hora de tomar alguna decisión, afianza los cimientos de la relación y genera un estado de bienestar y un sentimiento de pertenencia a la misma en ambas partes.
De igual manera, sentirse escuchado y respetado por la otra persona y percibir que las propias opiniones e ideas cuentan, contribuye al aumento de la propia autoestima y en definitiva, a sentirse querido y apreciado.
Salvo algunas excepciones, cuando existen intereses, ideas, preferencias o maneras de ver la vida muy divergentes entre los miembros de una pareja, es difícil que ésta pueda llegar a ser duradera en el tiempo.
Por eso resulta tan importante ser capaces de realizar actividades de ocio conjuntas con las que ambos miembros pueden llegar a disfrutar de igual manera y al mismo tiempo pasar el tiempo juntos.
Estas actividades pueden ser: ir al cine, practicar un deporte que guste a ambos, ver su serie favorita, asistir a un concierto o tener pasatiempos comunes.
Así mismo, compartir planes de futuro compatibles entre sí y tener ideas parecidas sobre cómo debería ser el futuro de la pareja también es un elemento esencial para lograr tener una pareja estable.
De nuevo, resulta evidente que aquellas parejas cuyos planes de futuro son similares va a ser más duradera que aquellas cuyos integrantes tienen ideas aspiraciones de futuro completamente opuestas.
Otro de los requisitos fundamentales para que una pareja logre cierta estabilidad en el tiempo es que sea capaz de coordinarse a lo largo de la semana y de compatibilizar cada uno de sus horarios para pasar tiempo juntos.
En ocasiones esto resulta difícil, ya que las obligaciones diarias y las largas jornadas de trabajo pueden dificultar mucho a la hora de encontrar tiempo para pasarlo en pareja.
Sin embargo, siempre que exista una voluntad por ambas partes, es posible hallar algunas horas del día para dedicarlo a la vida en pareja.
Como en cualquier convivencia, el reparto equitativo de las tareas del hogar resulta crucial para lograr un clima doméstico sano y positivo.
Tener una buena predisposición para colaborar al máximo en cualquier aspecto del cuidado del hogar denota interés en lograr que la relación funcione, así como respeto hacia la otra parte de la relación.
La comunicación es imprescindible para el correcto funcionamiento de cualquier relación y la falta de ella puede poner en peligro el futuro de la misma.
Mantener un buen nivel de comunicación tiene que ver con la capacidad de expresar de los propios sentimientos e ideas, pero también consiste en ser receptivo con lo que la otra persona quiere expresar y actuar en consecuencia en caso de que haya que cambiar alguna actitud propia.
Ser conscientes de lo que la otra persona necesita de nosotros o identificar aquellos patrones de conducta que puedan ser dañinos también es un signo de que la comunicación en la pareja es óptima.
La confianza en el otro es uno de los signos inequívocos de una relación de pareja estable, y constituye uno de los pilares fundamentales para construir un vínculo duradero.
A veces resulta a difícil de ganar, ya que se construye a lo largo de los años y se demuestra día tras día en el curso de la relación. De igual manera, una vez perdida dicha confianza, para algunas personas puede resultar difícil volver a confiar en su pareja, por eso es un elemento tan importante en cualquier relación.
Ahora que hemos visto cuáles son los pilares fundamentales de las relaciones de pareja estables, veamos el modo en el que el uso excesivo de las redes sociales puede interrumpir el transcurso de ese proyecto de vida en común.
Ver cómo nuestra pareja parece prestarle más atención al teléfono móvil que a nosotros es una experiencia que resulta tan molesta por lo que supone en ese momento por las implicaciones acerca de lo poco que le interesa a esa persona tenernos en cuenta. Esto resulta especialmente doloroso si ocurre durante las conversaciones cara a cara.
La dependencia de las redes sociales propicia que las conversaciones cara a cara sean breves, fragmentadas y pobres en contenido. Esto hace muy difícil involucrarse en diálogos estimulantes para ambos, y hace que el intercambio comunicativo sea frustrante.
El bombardeo de estímulos que llega a través de las redes sociales facilita que la persona que se conecta constantemente a estas plataformas digitales se preocupe solo por el aquí y ahora, o por intereses relativamente efímeros. Esto supone un obstáculo para fijarse metas a largo plazo y trazar planes de futuro juntos que resulten verdaderamente satisfactorios.
La dependencia de las redes sociales implica ser muy vulnerable a las distracciones constantes que llegan a través de las notificaciones y los avisos de nuevo contenido en el feed. Además, estas plataformas digitales están pensadas para hacer que los usuarios pierdan la noción del tiempo.
Por ello, el uso excesivo de estos medios hace que el reparto de tareas y la planificación se complique mucho, llevando a las discusiones y a la acumulación de tareas.
Como a causa de todo lo anterior la comunicación se vuelve muy frustrante, se establece la expectativa de que es mejor no hablar si no es totalmente “necesario” por motivos a corto y medio plazo fáciles de determinar.
A causa de ese relativo aislamiento entre ambas personas, que ya se comunican mucho menos, surge la incertidumbre, y cuesta más confiar en el otro y en el futuro de la relación.