LA BRUJA DE BUINSFURD (Primera Parte: Sofía).

En el condado de Buinsfurd, sucedían cosas extrañas, muy extrañas de hecho. Niños ahogados en el río que cruza la localidad, mujeres desaparecidas en medio de la noche, animales enloquecidos y demás cosas siniestras .

Supongo que se lo debo todo a la casa de mi abuela, ah mi querida abuela… Pero no adelantemos acontecimientos, y empecemos por el principio. Mi nombre es Sofía, y soy, bueno soy, soy bruja. 

Dicen que las brujas tienen mala fama, que raptan niños por la noche, que hacen aquelarres adorando al maligno, y que montamos en escoba y volamos a media noche, hay una parte cierta y mucha falsedad por otro lado también, en estas frases tópicas.

Yo la verdad, es que no se que pensar, la brujería me parece algo fascinante, y es el único modo de vida con el que crecí. A mis veinticuatro primaveras, todo el mundo me dice que tengo un mundo por delante, y que está ahí para comérmelo, y hacerlo mío.

Mi única preocupación, por el momento, es ayudar a mi abuela en su enorme casa, mantener las cosas en orden, y dar de comer al señor Goders, nuestro viejo y gordo gato.

Pero una cosa es cierta, pasan cosas extrañas en Buinsfurd, cosas que nadie sabe explicar, y cosas que ponen a una los pelos de punta. Pero es donde vivo, y el modo de vida que me ha tocado vivir.  

Por cierto, ¿os he dicho porque pasan cosas extrañas en este condado?, ¿no?, tranquilos, tranquilas, eso es por que no sabéis la historia de este condado, la verdadera historia. Mi nombre es Sofía, Sofía Wendol, y esta es mi historia, una historia de magia y brujería, de maldiciones y malditos, de un condado llamado Buinsfurd... 

En el condado de Buinsfurd, sucedían cosas extrañas, muy extrañas de hecho. Niños ahogados en el río que cruza la localidad, mujeres desaparecidas en medio de la noche, animales enloquecidos y demás cosas siniestras.
.
Ciertamente no se como me gusta vivir en este maldito condado. 
.
Igual es por la casa de mi abuela, el querer quedarme aquí. Yo soy la única familiar cercana de ella. Estamos ella, yo, nuestro gordo gato llamado señor Goders, y los niños del jardín, esos niños que tanto quiere mi abuela, esos niños me ponen los pelos de punta.
.
La casa donde vivo con mi abuela, no es que sea gran cosa, pero nos ha tocado vivir aquí. Me maravilla esta casa, con su guardilla. Si no fuera por Hobss, el golem que vigila la guardilla, a mi abuela se le habría colado algún que otro visitante no deseado por la ventana que da al exterior.
.
Pero esos niños.., esos Gauekos… son los peores, aunque mi abuela los cuida como si fueran hijos suyos, nunca he sabido muy bien porque.
.
Los Gauekos, son geniecillos, que se dedican todo el día a enterrar cosas bajo tierra. De pequeña, me pasaba horas y horas mirándolos, con una mezcla de admiración y temor.
.
Estos "niños", llevan gorros de diferentes colores, y según lo que les trasmita el objeto, sus gorros cambian de color.
.
Es un espectáculo, verlos juguetear en una noche de verano, con sus gorros luminiscentes en la oscuridad.
.
A mi abuela, le hacen mucha compañía. Ah.. mi pobre abuela, desde el incidente con ese hombre medio vagabundo, no ha vuelto a levantar cabeza...
.
Pero ya os iré contando, este condado, guarda muchos secretos, y cada vecino y vecina, muchos mas aun.
.
Mi nombre es Sofía Wendol, y sí, soy bruja, es mi manera de ser y como me crie. Bienvenidos/as a Buinsfurd!!.