Ante las incomodidades, malos entendidos o cosas que no logramos comprender totalmente es necesario hacer una pausa para indagar efectivamente el objetivo o el fin de esa acción o palabras que nos perturban. No hay peor cosa que ir guardandose esos momentos sin poder expresarlos, sin sacarlos afuera, que el otro escuché y se entere que nos duele o molesta. No aguantar esos malos tragos hasta que explote todo, seguramente de la peor manera y tal vez sin retorno a una relación en Buenos términos. Comprender y aplicar el arte de expresarnos y comunicar es un aprendizaje continuo y permanente, sin fórmulas, pero con la convicción de que afuera es mejor que adentro. Que no nos queden cosas por decir. .