Mientras que algunos de los seleccionados pueden resultar familiares, otros sin dudas son completamente desconocidos y es que la dificultad de la elección radica en que existen más de 9 millones de especies de animales. Además de ser realmente espectaculares, los seleccionados son también muy especiales, ya que, para sobrevivir, estos ejemplares se han adaptado y evolucionado de manera increíble .

El colobo rojo de Zanzíbar (Procolobus kirkii) es un mono endémico de la isla homónima situada frente a la costa de Tanzania. Son una especie en peligro de extinción, con no más de 3000 individuos en estado silvestre. Los zanzibareños los llaman “monos venenosos” por su inusual aroma.

Viven en grupos de hasta 50 integrantes, comen hojas, semillas y flores que encuentran en bosques, áreas costeras y pantanos. Una curiosidad es que solo comen frutas verdes, porque no pueden descomponer los azúcares de la fruta madura. Se sabe que ingieren carbón para ayudar a la digestión.

El cangrejo caramelo (Hoplophrys oatesi) pertenece a un género monotípico, lo que significa que no tiene especies estrechamente relacionadas. Tiene apenas 2 cm de largo y puede cambiar de color para sobrevivir, por lo es capaz de pasar del blanco al rosa y varias gamas de amarillo, hasta el rojo vivo con el que se camufla entre los corales. Vive en los océanos Índico y Pacífico.

“cola de golondrina” Este exótico colibrí (Eupetomena macroura) vive en el este y centro de América del Sur. Prefiere áreas semi-abiertas, bosques, regiones costeras y jardines, pero evitará la densa selva tropical. Tiene una larga cola bifurcada, que comprende la mitad de los 16 cm de longitud del pájaro. Su plumaje es una mezcla de verde, azul y púrpura, sus alas tienen unos 20 movimientos por segundo y se alimenta del néctar de las flores. Son muy territoriales y agresivos con otros pájaros y capaces de atacar hasta a los halcones.

La rana venenosa (Dendrobates azureus) vive en las selvas tropicales de América Central y del Sur y puede medir de 1,5 a 6 cm de longitud. Los indígenas utilizaban las secreciones tóxicas de su epidermis para envenenar las puntas de sus flechas, dándole a la rana su nombre. Según varios estudios, dichas secreciones podrían emplearse médicamente como relajantes musculares, supresores del apetito y estimulantes del corazón. Sus brillantes colores forman "patrones aposemáticos", que sirven para alejar a los depredadores al sugerir una alta toxicidad.

El tigre (Panthera tigris) es el más grande y el más llamativo de los felinos. Pueden llegar a medir 3,3 metros de largo, pesar más de 300 kg y vivir hasta 26 años. Lamentablemente las 6 subespecies (Bengala, Siberia, Sumatra, malayos, tigres de Indochina y del sur de China) están en serio peligro de extinción. El tigre de Bengala es el más común y el siberiano el más grande. Viven en la India, el sudeste de Asia y el extremo oriental de Rusia. Su piel le sirve como camuflaje en su hábitat natural de pastos altos y áreas boscosas. Debajo del pelo la epidermis posee el mismo patrón exterior.

Este lepidóptero (Chrysiridia rhipheus) vive en Madagascar y es ávidamente buscado por los coleccionistas. Su patrón de frecuencia asimétrica de colores es causado por la interferencia óptica y la dispersión de la luz en escalas curvas y parcialmente reflectantes de sus alas. Tienen una envergadura de hasta 11 cm y sus brillantes colores aposemáticos advierten a los depredadores de su peligrosidad. En contraste, la crisálida se parece al sudario de un muerto y el pueblo malgache cree que la polilla emergente representa las almas resucitadas de sus antepasados.