Por mí te pido que me dejes ir porque yo no me veo capaz de soltarte la mano. Te pido que me dejes ser feliz, aunque ello conlleve no amanecer más junto a ti .
Por mí te pido que cambies o dejes que nuestros caminos se separen.
Te miro y pienso en lo complicado que es llevar todo el peso. Intento traspasarte por dentro, llegar donde nadie más ha llegado y poder entenderte. ¿Por qué esa indiferencia? Esa indiferencia hacia el mundo, hacia mí, hacia ti mismo, incluso.
Estoy cansada de luchar por algo que no sé si tú deseas. Por una relación que ni siquiera pienso que quieras. A veces me gustaría gritarte, desahogarme, soltar todo lo que pienso y siento, pero sé que no es la manera correcta de llegar a ti.
Te pido que me dejes ir, por el bien de los dos, por mí pero también por ti.