UN SELAH INTROSPECTIVO, Salmos 7:3-5
10 Nov, 2021
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Jehová Dios mío, si yo he hecho esto,Si hay en mis manos iniquidad; Si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo(Antes he libertado al que sin causa era mi enemigo), Persiga el enemigo mi alma, y alcáncela;Huelle en tierra mi vida,Y mi honra ponga en el polvo. Selah
Salmos 7:3-5 

REFLEXIÓN: 

Selah...
Y David abre el paréntesis , quien, en medio de su petitción de socorro por las persecuciones, viaja en mente divagante hacia la introspección de su persona. 

Él, en verdad, estaba seguro de que su comportamiento había sido bueno y que no había causa justificada para que le persiguieran. 

Aún así, este parèntesis de autoexamen indica cómo es consciente de que el corazón del hombre es engañoso y que, él mismo podria estar equivocando su postura no teniendo en cuenta los desplantes que haya podido cometer por error o desconocimiento. 

"Si yo en verdad he hecho esto, reciba el pago".. .
Esto es lo que viene a decir su pensamiento, que aún delataría un atisbo de empatía hacia su enemigo. 

Selah... y en un paréntesis se abre otro, en lucidez de quien entona ante el juez la última declaración que determinarà su juicio. Ese contrapunto ante la divagación de sus posibles transgresiones, que lo afianza en la justicia, lo vuelve a transportar a la realidad de un corazón conforme al agrado de quien lo ha ungido como rey. 

APLICACIÓN: 

El tratar de ponernos en el lugar de quien nos contraría es un ejercicio muy práctico y eficaz para meditar en nuestros actos, pudiendo dilucidar si realmente estamos correctos delante de Dios o, si por la contra, nos toca corregir, arrepentirnos y aceptar la consecuencia de nuestras malas acciones aún se hayan desenvuelto desde la ignorancia. 

En este autoexámen, podemos aprender de David, que ha de hacerse con la mente fría, no dejada llevar por las emociones, sino plenamente seguro, consciente y firme en su identidad y en su sino. 
Llevemos a cabo este método introspectivo en cada situación adversa en nuestro diario vivir y acabaremos, en más de una ocasión, siendo nosotros quienes debamos pedir perdón y corregir en lo que hemos fallado y, por ende, causado el mal de nuestra queja. 

ACCIÓN: 

Voy a practicar el modo de abrir un paréntesis en cada una de mis peticiones de auxilio, que me permita ver, desde otra perspectiva, mi queja, y cambiar el lamento en arrepentimiento en todo aquello que se concluya necesario. 

Recuerdo a Job diciendo: 

Oye, te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, Y me arrepiento en polvo y ceniza.
Job 42:4-6 

Con este apunte me marco la determinación de guardar el silencio en mis oraciones, que me ayuden a atender y entender, que no solo hay pruebas para el ejercicio de mi fe, sino también consecuencias de malos actos que me estén llevando a una mala situación, de la cual debo arrepentirme. 

Padre, hoy te pido perdón por no atender a necesidad de examinar mis pasos, sino más bien, andar juzgando los de los demás. 
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