Y entonces llega el día en el que te toca decir adiós a alguien que de entrada te da el mejor regalo que podían haberte dado: la vida.No es un adiós de golpe, es un adiós gradual que se va intensificando con el paso del tiempo.Por norma general estas bien, sigues con tu vida; la mente es sabía y en cierto modo te autoayuda a gestionar las emociones fuertes.No importa si el vínculo que tenías era más o menos fuerte, al perderla, una parte de ti por pequeña que sea, se va con ella y una parte de ella se queda aquí contigo: un olor, un sabor, una canción...Nunca te sobrepones a algo así, aprendes a convivir con ello, no te queda otra. .