Imanes
26 Oct, 2021
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Imagina que no te hubieses marchado, que no me hubieses abandonado.

¿Qué sucedería? Los domingos, por fin, tendrían sentido.

Te estás perdiendo tantas cosas, tantos momentos. Me faltó ese beso, de orgullo, que pusiesen la guinda a todos los aplausos, en mi día.

¿Qué pasaría si hubieses cumplido con tu palabra?

La promesa eterna de no irte de mi lado.

¿Qué harás en la comparsa sin pasear de mi mano luciendo el bombacho amarillo, y tu sonrisa?

Creas, en mí, la locura al mezclar la rabia y la pena en cada milésima de segundo en la que te pienso, intentado no olvidarme del aroma de tu perfume corporal. 

No olvido que ya no tienes vida, ni luz en una mirada que dejó de ser tan pura .

Los has perdido todo a cambio de nada. De absolutamente nada, cuando ya tenías más que todo.

¿Dónde está tu hueco en el mundo? 

Los dos sabemos que él debe de ser temporal. Los dos sabemos que acabará yéndose cuando descubra quien eres de verdad. Recuerda quien conoce tus dos caras y quien está dispuesto a seguir cruzando la estrecha línea que separa la lava del mar para vivir en un nueve de diciembre perpetuo.

¿Y si, un día la gravedad, del espacio tiempo, hace que choquemos y en ese momento no estoy dispuesto a perderte de nuevo?

Entonces, firmaría un contrato indefinido con el diablo para ser contigo con quien compartir el mismo aire, al respirarnos, estando a milímetros el uno del otro, con el aliento del momento previo a nuestros besos.

Tocaría asumir que, por nuestra propia inercia, esto no tiene final. Tocaría asimilar qué somos como dos imanes en búsqueda del hierro bajo el mar, programados al nacer para reencontrarnos.

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