Me esforzaba por contentar a los demás, para sentirme parte de un todo, para no perderme en la oscuridad.
Y hubo un momento en el que ya no sabía por qué ni por quién lo hacía realmente.
No sé si lo hacía por estar bien, o para estar bien con los demás.
No sé si lo hacia para llenar ese vacío que llevo incrustado en el pecho desde que tengo uso de razón.
Realmente, no sé el por qué todavía. Pero lo que sí sé con certeza es que el pasado ya me da igual .
Que quiero mirar para adelante, y seguir trabajando por esa felicidad, que estoy segura que pronto llegará. Que me hará sentir completa por primera vez, hará que desaparezcan todas esas preguntas y el miedo que sigo teniendo en mi interior.