Silencio! ¡A callar he dicho! Las lágrimas cuando estés sola. ¡Nos hundiremos todas en un mar de luto! ¡Silencio, silencio he dicho! ¡Silencio!
La casa de Bernarda Alba
Hoy, en la madrugada del 17 al 18 de agosto del año 2021, se cumplen 85 años del cruel asesinato de Federico a manos de los fascistas y sus cómplices, gran parte de la jerarquía eclesiástica, falangistas, requetés y Guardia Civil.
Pero, hay que aclarar que él no era sólo un poeta, en él se fusionaban diferentes símbolos en el orden de la existencia....la poesía, el compromiso político, la sensibilidad creativa, la cultura, la inteligencia y sobre todo, y por encima del resto, la capacidad de compasión por aquellos que no tuvieron tu misma suerte o tus posibilidades, los gitanos, los braceros, las mujeres...
El cuerpo y la mente de Federico se constituían, pues, en signos insoportables para los fascistas, a los que, insisto, apoyaron con denuedo las milicias falangistas y la Guardia Civil, un cuerpo que fue expresamente creado para sofocar el movimiento obrero y que masacraron a muchos de nuestros compañeros.
La poesía no puede ni debe convertirse en un quehacer fatuo y desustanciado .
Los poetas no debemos dedicarnos a participar en actos benéficos , que entre selfie y selfie, no hagan más que apuntalar el sistema obsceno e injusto en el que vive nuestro país desde aquella nefasta madrugada del 18 de agosto de 1936. La poesía ha de ser, en cambio, todo un acto revolucionario, y nosotros, los poetas, sus sans-culottes, siempre prestos a interponer nuestro talento y nuestros cuerpos entre los enemigos del pueblo y éste último.
Han pasado 85 años, pero el fascismo y sus hermanos menores, capitalismo y reaccionarismo, siguen ocultos y disfrazados tras las faldas de una supuesta democracia y un más que dudoso estado de derecho, bajo los cuales tanto la clase trabajadora como los Derechos Humanos siguen siendo ampliamente pisoteados.
85 años después, la poesía inspira revolución y un ansia infinita de verdadera libertad, la que se posiciona lejos de la codicia económica. En un país donde un tercio de la población , y va en aumento, sigue viviendo bajo el umbral de la pobreza, la poesía está obligada a erigirse en un Acto Revolucionario.
La Geración del 27 lo tenía muy claro, era y es necesaria una España con camisa blanca, una España de la esperanza y no del llanto.
El mensaje que nos envían es más diáfano todavía, seguir luchando y no tener más miedo, porque el sustento de la vida, y de una vida digna de ser nombrada, es la lucha sin tregua, el combate contra el inmovilismo del que solo resultan tragedias.