Este último año me he hecho un poco independiente y he conseguido conocerme hasta tal punto que sé detectar perfectamente cuáles son mis puntos más débiles, qué debo esconder y qué no. He sido capaz de darme ese empujón que necesitaba y que nadie me ha dado o que quizás alguien me lo dió y nunca lo noté.
Y he conseguido coger aire .Pero no hablo sólo de inspirar, sino de respirar. De quitarme todo ese peso que apretaba, que asfixiaba.
Y sé que ha sido gracias a Dios y a personas que han estado a mi lado y claramente a mí misma.
A veces es necesario abrazarnos fuerte, entendernos. Apostar por nosotras mismas.
Escucharnos.
Apartar la vista de los demás para mirarnos a los ojos y decir:
Esta vez va por mí.