¿Que nos pertenece?, pero de verdad ¿Que nos pertenece? Si al mundo vinimos desnudos. Y ¿Quien realmente es nuestro? Si la conexiones no son lazos que atan, son apenas vibraciones, que un día están en la misma frecuencia y al otro tal vez no .
¿Y entonces que tenemos? ¿De donde somos? ¿A donde vamos? Y porque asusta en sobremanera que la respuesta a todo esto sea que no tenemos nada y nadie nos pertenece, que el único destino seguro que tenemos es el puerto de la muerte.
No quiero deprimirlos y ponerlos en el barco de la soledad y el vacío frente a estos cuestionamientos, si no mas bien subirlos al barco de la libertad y la apreciación de todo lo que llega a nuestras manos y a nuestros brazos, a partir de que entendemos que no tenemos nada y que nadie nos pertenece y saber que así mismo como lo recibimos cuando llega, podemos soltarlo cuando se va.
Podemos cambiar de planes una y otra vez, cambiar el estilo y hasta el cabello, cambiar de ciudad, cambiar las ideas y los ideales, disfrutar las bienvenidas y aceptar las despedidas, amar sin poseer, incluso aquello que no llega ni se va del todo.