A pesar de que te solté, ya no te busqué, ya no insistí y no volví a saber de ti...
Nunca dejé de sentir, no te olvidé, me costó demasiado ya no enviarte un mensaje o despertar y aceptar que ya no estaban tus buenos días en el teléfono, ya no ver más tu foto en el chat, ya no dar esos paseos por los callejones de la ciudad.
No volví a saborear tus besos o tomar de tu mano, no volví a sentir lo suave de tu piel o acariciar tu despeinado pelo.
Se acabó y me fui. Pero te seguí llevando, en cada rincón, en cada pensamiento, en cada sueño, en mis triunfos y derrotas, hasta en mis nuevas aventuras.
En realidad no te fuiste del todo, porque seguiste presente, aquí .