Te paseas diosa por las calles de Madrid, con tu falda que no levanta el vuelo, con tus pelos enfados, todos te miran, te piensan en mil formas, mil cosas, yo pienso en cómo tus tacones pisotearon mis sueños, en como tus piernas desarman mi vida, en las ganas que te tengo, mientras sigas vestida nada tiene sentido, mientras observo como cruzas la calle, me da angustia que parezca que no nos conocemos, sin recelo te miro, se que huyes, algo te atormenta, probablemente sea el café que nos tomamos, o tal vez huyas de las miradas cómplices que nos dedicamos, mirándonos como se mira el arte, sufragando sueños, rompiendo caparazones, queriendo decir mil palabras, quedándonos con la ausencia, todas las veces que sentí que tocaba tus alas, tal vez huyes de eso, pero se que me quieres ver, me lo dice tu caminar, esos tacones rojos que llevas, me lo dice tu escote, me lo dice esa sonrisa temblorosa, vibrando a punto de entrar en taquicardia por miedo a ser feliz, me quieres ver, déjame decirte que no debería extrañarte con la nostalgia de alguien que de verdad te tuvo, porque tú siempre fuiste eso, flechazos de machiaggo dulce en un mundo lleno de café amargo, se que tienes miedo, fingiré que yo también, solo por que se que dos personas que huyen de un mismo sentimiento huyen en la misma dirección
