Decía mi abuela... ¡No dejes que tus sartenes brillen más que tú! ¡No te tomes la limpieza de la casa tan en serio! Cuando recién me convertí en esposa, pasaba las 24 horas del día viendo que todo se mantuviera limpio y en orden por si “alguien venía a visitarme”, pero luego descubrí que todos están muy ocupados, paseando, divirtiéndose, trabajando y disfrutando la vida! - ¿Y si alguien aparece de repente? No tengo que explicar la situación de mi hogar a nadie .