Me mira, como si no pudiera soportarlo mas, apunto de colapsar. ¿Tengo acaso lo que merezco?¿Que estoy buscando? Salgo más rápido que las otras veces,Con miedo, miedo a volver a sentir de nuevo el frío de los barrotes de hierro en las manos, miedo a volver a ver esa celda sucia, cerrada en donde no se está permitido soñar .Las ideas empiezan a fluir y mi cabeza casi estalla tras años sin funcionar. Mi mente empieza a soñar como solía hacer antes, emocionada sueña libre, eso no le gusta,jamás le gustó, Por eso me encadena. Los barrotes se oxidaban, pero los cambia, siempre lo hace, el intenta alcanzarme, lo siento, se esconde y yo lo veo, no soporta perderlo, a él no le gusta perder el control y yo lo sé, se cuánto detesta no mantener el orden de las cosas. La marea es un desastre y el agua hiela mis pies, las olas eufóricas me empujan, como si no me quisieran, como si lo sintieran a él detrás de mi, tienen miedo. Me desespero, mi mente trabaja sin parar, No paro de pensar, estoy frustrada. Mamá me decía que debía enfrentar a mis demonios, que debía gritar alto para calmar mi mente y si la tuviera le gritaría lo malos que son sus consejos, porque a mi demonio no le asustan los gritos. Pienso en mi madre mientras siento que se acerca y aunque intento mantener la calma mi corazón bombea fuerte, guerrero. Mi cabeza quiere estallar. Le tengo miedo. Le tengo tanto miedo que le es fácil convertirme en un ser dócil que no desobedece. Pienso en los últimos tres minutos, el en agua que me enfría los pies, en los barrotes, en la habitación sin luz, Empiezo a caer y antes de chocar contra el suelo me agarra, empiezo a llorar fuerte y él empieza a frustrarse, me acaricia y me pide que me calle, desesperado me dice que todo estará bien, pero nada esta bien, se empieza a tocar el pelo nervioso, y empiezo a sentir su miedo me abraza fuerte intentando calmar el desorden, intentado volver a tener el control, pero no me callo, llevo muchos años haciéndolo. Me sostiene y se levanta, me grita que tenemos que volver, se que tenemos que hacerlo, pero no quiero volver a esa celda fría, Lloro más fuerte, mi voz se rompe y el, que nunca me ve llorar se descompone. Frustrado. No sabe que hacer y como pararlo, no me deja libre, a él nunca le gusta tenerme libre porque sabe que nunca elegiría estar a su lado. Me pincha con algo y me acaricia el pelo Mientras me voy calmando. Mírame a los ojos me dice. Nunca desobedezco, lo miro mientras mi mente empieza a desconectar y los sueños vuelan a algún lugar lejos de mi, parece que la marea se calma y las olas ya no rugen,el agua ahora me calienta los pies, invitándome a entrar y sumergirme, me quedo dormida pensando en la celda y los barrotes, en si tal vez la halla limpiado mientras no estaba y rápidamente recuerdo que es imposible, porque él nunca me pierde de vista. Mi demonio me sigue como una sombra, que no teme a la oscuridad. Mi demonio no le teme a nada