Y fue aquel mes onceavo de ese año, aquel día en el que se contaban ya 16 y en el que una lencería color pasión y deseo y un atuendo no ajustado al cuerpo y de color blanco, hicieron de aquella fecha algo inolvidable, algo que jamás tendría remplazo, algo que quedaría en el lugar donde se guardan los recuerdos que jamás se olvidarán. Y, en verdad se trataba de la ocasión exacta para dar comienzo a una nueva historia, una de esas que se llenan de amor, pasión, deseo, compañía, sonrisas y lujuria.
Se derrochaba amor cuando por primera vez se tomaban de la mano luego de dar el sí a comenzar una nueva aventura juntos, una travesía y mil cosas por realizar, bajo el mariposeo estomacal intenso, ese bonito que se siente cuando deciden dos personas ser .