Estaba sin rumbo alguno y de pronto levanté mi mirada y estabas ahí callado, sereno abstraido en tu mundo. Sentí esa necesidad de saber cuál era tu nombre, pero en mi interior existía una batalla entre acercarme y decirte "Hola" o simplemente quedarme observandote . Me senté a tu lado y ni siquiera regresaste a mirar, fue como si nadie estuviera ahí. No negaré que de reojo te observaba, pero tú... tú seguías sin mirarme. Ahora mi pregunta es ¿qué debo hacer para que me mires?